Finalmente el visor de realidad virtual de Samsung es real, y acaba de hacer su debut en la IFA. Su nombre es Samsung Gear VR y es, en esencia, un accesorio de realidad virtual exclusivo para el Samsung Gaalxy Note 4 en la línea de Google Cardboard, pero con materiales algo más estables que el cartón.
El Gear VR, de hecho, ha sido desarrollado en colaboración con la propia gente de Oculus VR. Hay mucho parecido entre ambos dispositivos. Recordemos que el Rift Dev Kit 2 "Crystal Cove"alberga en su interior la pantalla de un Galaxy Note 3.
Ese dato ya nos da la pista de en qué es mejor el Samsung Gear VR. La resolución de pantalla es mucho mayor y eso es fundamental para crear un buen efecto en realidad virtual o aumentada. Con todo, la pantalla no es perfecta. Sigue habiendo un marco negro que nos recuerda constantemente que estamos viendo las cosas a través de un visor.
Si Oculus VR utilizó una pantalla de Note 3 en su Oculus Rift es por algo. La tecnología Amoled permite apagar los píxeles a medida que el usuario mueve la cabeza. Ese imperceptible truco de software permite eliminar por completo las imágenes borrosas al moverse y reduce mucho los problemas de mareo. Esa misma tecnología está presente en el Gear VR. La imagen se mantiene nítida al moverse.
Samsung no quería que su visor fuera simplemente una versión de plástico y más cómoda del visor experimental de cartón de Google. El Gear VR integra algunas florituras útiles, como un sistema de enfoque en la parte superior que permite ajustar la imagen a la vista del usuario como si se tratara de unos binoculares.
En el lateral, el dispositivo tiene controles de volumen, un botón atrás de Android, y un pequeño panel táctil que nos permite manejar el smartphone de forma básica sin tener que quitárnoslo. Mantener el botón atrás pulsado nos permite activar la cámara temporalmente para ver lo que nos rodea en el mundo real. Un buen punto es que todas estas funciones no precisan batería alguna.
En el lateral, el dispositivo tiene controles de volumen, un botón atrás de Android, y un pequeño panel táctil que nos permite manejar el smartphone de forma básica sin tener que quitárnoslo. Mantener el botón atrás pulsado nos permite activar la cámara temporalmente para ver lo que nos rodea en el mundo real. Un buen punto es que todas estas funciones no precisan batería alguna.
El Samsung Gear VR es muy convincente, pero tiene un punto débil que lo separa de Oculus Rift: el procesador. Por muy bueno que sea el Snapdragon 805 del Note 4, no está a la altura de las bestialidades de procesadores y gráficas que podemos conectar a un Oculus Rift para jugar a títulos de última generación.
En ese orden de cosas, el nuevo accesorio de la coreana queda limitado a la realidad virtual tipo vídeo o cine, y a determinados juegos para el móvil. Aunque la idea es buena y la tecnología que utiliza es sólida, el éxito final de este dispositivo dependerá casi completamente de los contenidos que haya disponibles para él.
En ese orden de cosas, el nuevo accesorio de la coreana queda limitado a la realidad virtual tipo vídeo o cine, y a determinados juegos para el móvil. Aunque la idea es buena y la tecnología que utiliza es sólida, el éxito final de este dispositivo dependerá casi completamente de los contenidos que haya disponibles para él.